Para introducir este blog debería introducirme a mí, pero no hay dios que me entienda.
Un sinsentido de palabras, nunca vacías, que componen esta cabecita loca.
miércoles, 23 de julio de 2014
No sé exactamente desde qué momento me pasa, pero desde hace ya meses puedo jurar que no hay una puta noche en la que mi boca no recuerde el sabor de la tuya.
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