Para introducir este blog debería introducirme a mí, pero no hay dios que me entienda.
Un sinsentido de palabras, nunca vacías, que componen esta cabecita loca.
Me la sudan todos, me la suda todo.
A orgullosa no me gana nadie.
Pero contigo me sale imposible poner un caparazón y ser de piedra.
¿Serás mi debilidad?
¿O es que soy gilipollas?