Estereotipos.

Dicen que si quieres, puedes, que quién la sigue la consigue.

Lo que más me gusta de cada error es el poder aprender de él. Lo que más me gusta de cada derrota son las ganas que me entran de superarme la próxima vez. Lo realmente importante de cada jugada es el nivel en el que tu cabeza esté concienciada para ello. Ya sabes lo que dicen, si quieres puedes.

Las cosas por la mitad.

Y que no siempre la vida se trata de ir cuesta arriba o cuesta abajo, no siempre tiene por qué ser blanco o negro, incluso hay veces que ni siquiera el '¿qué tal?' tiene por qué responderse con una palabra concreta. Hay momentos en los que la vida es llana, gris, y tu estado de ánimo puede responderse con ese color. Porque hay momentos de incertidumbre, de no saber qué hacer o qué decir o de quedarte callada y no por eso tienes que estar triste, hay momentos en los que te salen las cosas bien pero no por ello tienes que ser feliz.

Me he ido acostumbrando a esta rutina de subidas y bajadas, de noches en vela esperando un 'te quiero' que nunca llegó, a días sin ti.

Everything is temporary.

" Have patience with all things- but first with yourself. Never confuse your mistakes with your value as a human being. You are perfectly valuable, creative, worthwhile person simply because you exist. And no amount of triumphs or tribulations can ever change that. "

Somos palabras, somos mentiras, somos odio.

Somos un par de versos con un final escrito, aunque el mío esté por la mitad.

No sé exactamente desde qué momento me pasa, pero desde hace ya meses puedo jurar que no hay una puta noche en la que mi boca no recuerde el sabor de la tuya.

A partir de ese día no había ni un ' eh, tío, mira ese culo' que no te recordase al mío, sobraban palabras para demostrar que me necesitabas a tu puto lado. Y así fue como poco a poco me fui acostumbrado a tus putos 'buenos días' que ahora tanto echo de menos, a todos y cada uno de tus jodidos besos que uno a uno se hicieron necesarios, a tus 'vaya culo' cuando paseábamos juntos que tanto me gustaban. así fue como me empecé a acostumbrar a no tenerte, a llorar sin que nadie me escuchase, a esperar ese 'volverá' que no da vuelto. Aprendí a rehacerme, a sonreír sin motivos y con ellos, a vivir la vida, pero nunca logré aprender a vivirla sin ti. No puedo pasar página porque juntos hemos escrito un puto libro que llevo marcado.