lunes, 3 de diciembre de 2018

m·i·e·d·o

A veces sueño, a veces sueño que soy capaz de todo, de conquistar el mundo y enfrentarme a mis miedos, pero boom.
Golpe de realidad.
Golpe bajo, además.
Inesperado y fugaz.
Pero con un eco capaz de resonar en cada instante.
Atacando directamente a la autoestima.
Tocada y hundida de hecho.
Y se crea un nuevo sentimiento.
Inexplicable.
Doloroso.
Frustrante.
Que sólo sabe dar vueltas en el tiovivo de mi cabeza.
Pero vuelvo a intentarlo.
Y fallo.
Obviamente fallo porque ese nuevo sentimiento no se baja del tiovivo.
Va una vez más, esta vez sólo se asoma de vez en cuando.
Boom.
Vuelvo a fallar.
Y me fijo en las personas que me rodean, en como quieren lo que tienen y en como saben que me quieren.
Y reconozco el sentimiento; se llama miedo y es un viejo amigo, pero yo también aprendo a quererlo a él.
Y lo vuelvo a intentar.
Y lo consigo.

domingo, 21 de enero de 2018

Inevitablemente mi manía favorita

En mi no querida lista de cosas inevitables que hago y manías raras están el dormir en el lado izquierdo de la cama, dejar que suenen al menos dos alarmas antes de levantarme, andar descalza por casa sea verano o invierno, morderme el labio cuando estoy concentrada, comerme la uña del dedo meñique derecho cuando estoy nerviosa...
Y muy a mi pesar me es inevitable no pensar en ti cada vez que escucho esa canción, ponerme nerviosa cuando pasa alguien con tu mismo olor y sonreír cuando algo me recuerda a ti.
Pero para bien o para mal, estas pequeñas cosas son las que nos definen como persona.
Por eso siempre serás una parte de mí.