domingo, 31 de diciembre de 2017

Sólo un propósito para el 2018

No te van a querer hasta que no te quieras tú. Por fin le he encontrado sentido a esta frase que tanto he escuchado durante toda mi vida, y por fin he aprendido a hacerlo, a quererme a mí, por encima de nadie, tanto que me da igual que no me quieran, porque ya no necesito amores fingidos para sentirme querida. Quiero a muchas personas por encima de mí, pero he aprendido a amarme por encima de todo, lo he aprendido yo sola, a base de hostias y es la lección más grande que me van a dar en mi vida. Todo sacrificio tiene su recompensa pero nadie habla de ese sacrificio. Todo el mundo habla del resultado, de los triunfos de la gente, de sus méritos y de lo grandes que son, pero nadie habla de todo el camino recorrido hasta llegar a la cima, nadie habla de las lágrimas, del sudor, de la angustia y del coñazo que supone llegar a lo más alto, nadie habla de lo difícil que es darlo todo y arriesgarte a no conseguir nada a cambio, dejarte la piel día tras día durante tanto tiempo, y la verdad, yo tampoco voy a hacerlo. Voy a hablar de la victoria, de la felicidad que supone ver lograr tus méritos después de todo el trabajo empleado, la alegría inmensa al cumplir tu objetivos, hacer realidad tus sueños, o hablando bien, de trabajar lo suficiente como para llegar a lo más alto, y hacerlo. Los pequeños detalles marcan la diferencia, no esos zapatos de marca, ni ese bolso carísimo, ni esos pendientes, eso no son detalles, los detalles que realmente importan son los del día a día, los que te hacen feliz sin tú ni siquiera darte de cuenta, son todas y cada unas de las razones por las que eres feliz.
Otro año que se va, otro calendario que se quema y sigo pensado que lo mejor de cada año son las personas que nos acompañan, las que se van, las que ni siquiera son conscientes de que significan algo para ti. Lo queramos o no, estamos rodeados de gente, y lo vamos a estar, eso es inevitable, lo que depende de nosotros es como aprovechemos a las personas que tenemos cerca y a esas que por casualidad, nos las cruzamos en nuestro camino, o nos cruzamos nosotros en el suyo.
Al 2018 sólo le pido seguir aprendiendo para ser mejor persona, que me dé fuerzas para seguir trabajando y conseguir hacerlo al 100%, que siga siendo feliz con la más mínima tontería, y sobre todo, al 2018, le pido seguir teniendo a personas maravillosas que me ayuden a aprender, que me animen a trabajar y que me hagan feliz con sólo saber que están ahí.
El mejor año de mi vida
feliz2018