Todo te la suda. Sales, bebes, te emborrachas, te lías con quien quieres y te follas a alguien si procede, todo con el único fin de pasarlo bien. Carpe Diem, aprovecha el momento, es tu lema. Sin ataduras, ni compromisos, ni sentimientos de por medio que te lleven a casa llorando después de bajarte una botella de vodka. Ahora solo te importa el jagger y beber con el único fin de dejarte llevar y pasarlo bien, que lo de beber para ahogar las penas no va con tu rollo. Te la suda todo hasta que un día, después de tanto ir de cama en cama te encuentras con una en la que estás completamente cómoda, y booooooo....ooooom,
Vuelta a la misma mierda de siempre.
Para introducir este blog debería introducirme a mí, pero no hay dios que me entienda. Un sinsentido de palabras, nunca vacías, que componen esta cabecita loca.
sábado, 7 de enero de 2017
Y de repente tú (II)
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