Y de repente llega alguien que sabe como calmarte en un mal momento, se aprende tus puntos débiles porque se los ha ido estudiando día a día y te hace feliz con cualquier tontería.
De repente ese alguien es todo lo que jamás habrías podido pedir y quieres más, siempre quieres más... Pero te paras a pensar en el pasado y te empiezas a preguntar si volver a confiar en alguien de esa forma vale la pena, pero te da igual y te dejas enredar porque sabes que el tiempo contestará todas tus preguntas y por el momento lo correcto es disfrutar del presente. Mañana igual me despierto amándote.
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