viernes, 8 de agosto de 2014

Olvido blablabla

Y el olvido fue lento, doloroso y amargo, pero se quedó en un intento fallido. Me pasé noches en vela buscando por qués y tardes con mis amigos estando sin estar, con la cabeza ausente, con la mirada perdida y las manos frías. Pobre de mí que creía que el tequila podía hacer que la olvidase sin saber que  me haría recordarla más. Pobre de mí que no sabía que ese beso me llevaría a la perdición. Y así es, dicen que la saliva tiene encimas cicatrizantes, pero creéme, ese beso me abrió la herida hasta dejármela en carne viva. Y el olvido querida, el olvido no existe, puedes querer menos a una persona, no recordarla a cada instante o no desbloquear el móvil cada minuto esperando un mensaje suyo, pero puedes tener la certeza de que una noche al azar cada cierto tiempo su olor te vendrá a la cabeza, y no sólo su olor si no también su forma de caminar, su forma de robarte besos y sobre todo  esa sonrisa por la que tantas veces te jugaste la boca, esa sonrisa que te tenía hasta las trancas y mi vida, ahí te darás de cuenta que nunca vas a volver a querer a nadie de la misma forma, con las mismas ganas, que no ha sido tu chica, si no que ha sido La Chica.

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